¿Que jugabas cuando eras un chuequito soñador?

Jugar es el reflejo de la cultura y la sociedad y en ello se construyen los contextos, los entornos y se representa la realidad en que vivimos. El Juego aunque no es exclusivo de la infancia si es el momento donde se es más espontaneo y no obedece a parámetros, estereotipo o clichés aprendidos. Jugar a ser soldado, jugar a ser un avión, jugar a representar un animal es un acto de identificación que traspasa la realidad y la ficción y se convierte en un ejercicio de aprendizaje constructivo.
En Santander se acostumbraban juegos de alto nivel de creatividad y sobre todo de exigencia física, situación que contribuye al desarrollo motriz y corporal, en la actualidad los juego tienen más exigencia intelectual que física, la recomendación es hacer una combinación que resulte en un desarrollo integral y completo con actividades que promuevan tanto el aprendizaje como la diversión. Se disfrutaba en el pasado de juegos al aire libre, caminatas, correr en las calles, juego de las escondidas, trepar un árbol, jugar al futbol con una pelota de trapo, el Yorbis, el trompo, el juego de lo pochados, juego de los colores, la lleva, maras, tin tin corre corre, montar en bicicleta venados y cazadores, ladrones y policías y tarro quemado, juegos que traspasan los tiempos y aún hoy si hacemos memoria los volvemos a hacer realidad.
Disfrutábamos de los juegos autóctonos sin reparos, sin miedos, sin discriminación y en las calles todos los niños y las niñas eran iguales, no se miraba donde Vivian o si tenían plata o no, los niños no miran eso y era el espacio donde todos se encontraban con todos.
Por eso que sea hoy el día de recordar y celebrar ser niños otra vez, compártenos tu foto de cuando eras un chuequito soñador. La mejor estrategia para volver a ser niños es compartir tiempo con los que aún lo son, llévalos al parque, cuéntales una historia, pregúntales por sus sueños y sorpréndelos diciéndoles que también fuiste un niño.